La rara experiencia del tai chi chuan en el fútbol rosarino

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El tai chi chuan es un arte marcial de origen chino que se practica masivamente en el país oriental, razón por la cual se pueden ver muchas personas en sus parques y plazas, practicándolo con sus movimientos lentos y fluidos.

Si bien el tai chi (así también se lo denomina) fue originalmente una disciplina de orden interno para mejorar la calidad de vida tanto física como mental, con el paso del tiempo se lo fue considerando una práctica físico-espiritual con importantes beneficios para la salud.
 
Según expuso el profesor Daniel Capello a Conclusión, su aplicación a varios deportes reporta beneficios complementarios no alcanzados por el entrenamiento occidental.

A partir de los conocimientos recibidos del maestro Zang Zhi Guo y por ser un rosarino más, tan afecto al fútbol como la mayoría de los habitantes de esta ciudad, Capello optó por proponerle al club Central Córdoba que jugadores de sus divisiones inferiores pudieran ser entrenados con esta técnica.

En la siguiente entrevista, revela las características de este arte oriental y sus implicancias positivas en el entrenamiento de los futbolistas.

¿Bajo qué idea se te ocurrió hacerles practicar tai chi chuan a jugadores de fútbol?
 
La idea es empezar a aplicar este tipo de técnica para complementar la preparación física del deportista. Esto se puede aplicar a todos los deportes, no solamente al fútbol.

Con esto, ayudamos al preparador físico porque le damos herramientas para complementar el trabajo ya que sirve tanto para recuperar al deportista como para prevenir lesiones porque focalizamos el trabajo sobre el fortalecimiento de los tendones y de las articulaciones del jugador.

Lo que pasa, es que en la preparación física tradicional se pone énfasis en la fuerza, en la velocidad, en la resistencia y en el fortalecimiento muscular, pero a veces no se tienen en cuenta las cadenas musculares que se trabajan en el tai chi y en el yoga, como tampoco sobre la armonía en el movimiento y en la flexibilidad.


Desde allí podemos ayudar a prevenir las lesiones que suele haber en el fútbol como por ejemplo la rotura de tendones o la pubalgia que son lesiones que se ven habitualmente también en el hockey, en el tenis y en el rugby.

Y por ejemplo en la acrobacia china o en las danzas clásicas, donde hay mucha flexibilidad, mucho trabajo de unidad corporal y de armonía en el movimiento, no existe la pubalgia.
Esto fue estudiado por un fisioterapeuta francés de apellido Bouqué, quien concluyó que trabajando las cadenas musculares, el cuerpo trabaja de otra manera.

¿Desde cuándo estás aplicando específicamente estas técnicas?

Desde hace un año a través del coordinador de las inferiores de Central Córdoba, Daniel Jozami, llegué a al club y empecé a trabajar primero en una experiencia piloto con delanteros de la sexta división y después pasamos a llevar la experiencia a la cuarta, a la sexta y a la primera local.


 
También incorporamos el entrenamiento a los arqueros, porque quería que ellos fueran más flexibles como los acróbatas chinos. Trabajamos mucha flexibilidad de columna, que suele no trabajarse, como así también en la zona de cintura y la abdominal, a la que los ingleses le llaman “core” y los chinos les llaman “tan tien”.

Ahora se puso muy de moda en la preparación física occidental el sistema de core, que es justamente la parte del cuerpo que ofrece estabilidad, porque el arquero tiene que tener flexibilidad y buena estabilidad.

Después, con el tiempo, formé parte del cuerpo técnico de la séptima división con Quique Mansilla y Sergio Simón que son los directores técnicos y yo estoy a cargo de la preparación física con la incorporación de estas nuevas técnicas para que los jugadores sean más flexibles, más dinámicos y tengan un mejor manejo del movimiento corporal.

¿Cómo recibió esto el particular mundo del fútbol?

En principio costó porque estas ideas que parecen nuevas para nosotros, no lo son porque tienen años en la cultura oriental y por eso más que hablar, tuve que demostrarlo.

Por eso, desde el inicio hice posturas de yoga y de tai chi que sorprendieron a los jugadores, a los entrenadores, a los preparadores físicos y también hasta a los padres de los chicos; porque al ver que una persona de mi edad podía tener la flexibilidad, el dinamismo y la movilidad corporal, empezaron a comprender sus beneficios.


¿Estás sólo en esta propuesta? ¿Es nada más que una ocurrencia personal?

No solo yo estoy introduciendo estas disciplinas en el deporte. La selección alemana de fútbol lo viene haciendo desde hace tres mundiales desde cuando Jürgen Klinsmann fue su técnico.
Klinsmann, después de haber jugado en el final de su carrera en Estados Unidos, conoció a un profesor de yoga a quien llevó a Alemania para aplicar la disciplina en la selección alemana para la alta competencia.

Con eso vieron que su práctica ayudaba a relajar y a limpiar mentalmente al jugador para que se libere de las emociones que inciden tanto que traban los músculos.

El jugador de fútbol tiene muchas presiones de muchos lados, y más allá de que ellos las niegan, las reciben de los medios, de los entrenadores y desde los preparadores físicos hasta el círculo más íntimo de familiares o amigos.

Es posible pensar que esto puede ser reemplazado por los psicólogos, que cumplen una función, pero suelen terminar siendo conductistas de algo que tiene que salir desde adentro del jugador.

Un maestro samurái decía: ‘el miedo es mío, no del rival’, por eso ‘yo no se lo tengo que transmitir al rival, lo tengo que procesar por dentro’.

Los grandes maestros samurái siempre tuvieron miedo al último combate debido a que una vez que sacan la catana, o muere él o muere el rival, porque esas peleas son a muerte. Y es allí donde esta forma de pensar lo liberaba primero desde su interior mismo.


¿Qué dicen las ciencias médicas al respecto de la aplicación del tai chi?

Ellos lo aprecian desde su mirada científica y han comprobado que el concepto de energía del que hablan los chinos y el yoga hindú, no es nada más que un concepto. Tiene una serie de connotaciones científicas porque este tipo de prácticas ayuda a liberar dopamina o serotonina que más que tensionarte, te genera bienestar interno.

Es decir que esta práctica trabaja sobre el sistema nervioso de manera diferente a como lo hace el sistema occidental, pero que se entienda que no digo que lo vaya a reemplazar.

Esto tiene que ser el complemento que le falta al entrenamiento occidental, es decir, hay que trabajar la fuerza la velocidad y la resistencia pero hay que incorporarle el trabajo respiratorio que tiene que ver mucho con lo emocional y en el regular la energía, la flexibilidad y el trabajo de relajación mental para liberar emociones.

¿Cuáles serían los aportes tanto del trabajo occidental como del que planteás con el tai chi?

Cuando esto se trabaja en combinación, ayuda a la recuperación más rápida del deportista después de la gran fatiga y también a prevenir un montón de lesiones, debido a que el problema de hoy son las altas sobrecargas que se dan en la alta competencia y el desgaste que genera eso en el jugador.

¿Podrías mencionar algún ejemplo conocido?

Por ejemplo la lesión de Gago en el clásico entre River y Boca, es típica de un jugador que tiene una gran sobrecarga muscular con un tendón débil. Ahí hubo una falta de trabajo preventivo para fortalecer tendones como lo hacen los chinos antes de salir a una competencia, que calientan primero el tendón y la articulación y después el músculo.

Ese es el precalentamiento que les hago hacer a los chicos de Córdoba que es muy diferente al del entrenamiento occidental en el que se los manda a correr rápidamente y se trabaja con un cuerpo todavía frío. Primero hay que calentarlo con una buena respiración, un buen fortalecimiento de tendón, un movimiento articular como se hace con el famoso saludo al sol del yoga y recién después hay que trabajar el músculo
 
¿Tuvieron alguna experiencia al hacer este tipo de calentamiento antes de los partidos debido a que no responde a la ortodoxia occidental?

Si, en un partido contra Central ellos estaban calentando y cuando empezamos nosotros, se quedaron mirando lo que estábamos haciendo porque no podían creerlo.

Claro, veían ejercicios de respiración o de movimiento articular que no están acostumbrados a ver, como por ejemplo los que hacemos para abrir abductores que se usa en las artes marciales chinas y se hacen antes de la competencia.

¿Qué dicen los preparadores físicos que trabajan junto a vos en Central Córdoba?

A aquellos con los que trabajé, les encanta, les llama a atención y logran una nueva mirada. Por eso ahora están poniendo atención sobre este tipo de cosas y a veces me llaman y me piden que los ayude con algún equipo o con algún jugador en particular.

‘Tiene corto los isquiotibiales’, me dicen, ‘¿qué podemos hacer?’ o ‘tiene una contractura de este lado, ¿cómo podemos trabajarlo?’, me preguntan. Entonces ahí empiezo a ver que la relación se hace más mutua y más fluida.

¿Qué incidencia tiene este trabajo tanto en las respuestas individuales como en las grupales?

En el tai chi, el ‘yo’ se tiene que transformar en ‘nosotros’ para que la energía del grupo fluya y florezca. En cada entrenamiento previo a los partidos ponemos el acento en ese concepto para que el equipo sea una sola energía.

¿Pero eso no suele ser dicho también en el entrenamiento tradicional?

Sí, pero ese aspecto del entrenamiento tradicional se trabaja desde lo psicológico y no desde la sensación interna de energía corporal. Cuando uno trabaja con estos ejercicios, se siente el cuerpo de otra manera. En el entrenamiento tradicional, el mensaje va a la mente, pero no baja al cuerpo. Acá es al revés, empieza en el cuerpo, lo sentís y después se traduce en la mente.
En este sentido, la filosofía oriental tiene en cuenta al cuerpo, a la mente y al espíritu como elementos constitutivos de ella.

¿Cómo funciona en este caso?

Lo primero que enseñan los chinos al respecto de la filosofía que hay detrás de este tipo de artes marciales, es que lo más importante que nos dan cuando nacemos son tres regalo que son el cuerpo, la mente y el espíritu.

Al cuerpo lo consideran el templo en el que nosotros habitamos, mientras que la energía es la fuerza que tiene que haber dentro de ese templo y el espíritu es el sacerdote que tiene que dominar ese templo. Entonces ellos dicen que en el camino de la vida, el espíritu es el que tiene que ir adelante, entonces el cuerpo y la energía se alinean solos. Es decir que el cuerpo y la energía se predisponen y el cansancio no aparece
 
Ahora, cuando uno pone el cuerpo o la energía adelante y el espíritu queda atrás, es decir que uno hace las cosas sin saber muy bien por qué lo hace o sin tener conciencia de por qué lo hace, entonces el cuerpo y la energía se empiezan a deteriorar y surgen el cansancio y la fatigay el espíritu se pierde, es ahí donde se produce una desarmonía mental, corporal y espiritual.

Volvamos a la cancha y a Central Córdoba. ¿Cómo anda la 7ª división?

Lo que ocurrió con esta división es que los resultados se fueron dando bien y esto lo pone a uno muy contento. Las últimas 6 fechas ganamos en casi todos los partidos, entre ellos 2 a 1 a Central que va puntero con una gran diferencia sobre el resto, a Newell’s que va segundo le ganamos 4 a 1 en Bella Vista y a Renato Cesarini le ganamos 3 a 2.

Todos esos partidos fueron batallas para nosotros y por eso les levantó el espíritu a todos los chicos. Y como los resultados fueron positivos, este tipo de disciplina se empieza a mirar de otra manera porque aporta algún elemento más que ayuda a la preparación física habitual de un jugador de fútbol.

¿Pudiste intercambiar la experiencia con algún referente destacado del fútbol?

Tuve la posibilidad de conectarme con el preparador físico de las selecciones juveniles de AFA desde hace más de quince años y preparador físico del equipo de Pekerman que jugó el mundial de Alemania, Gerardo Salorio.

Le conté a Gerardo lo que estaba haciendo y él me dijo que le ‘pegara para adelante’ porque según su concepto es el entrenamiento del futuro. Él lo experimento con profesores de yoga en el sur del país y lo vio también en Europa.

Pero me aclaró: ‘esto es fútbol, es un ambiente en el que hay que ir de a poco porque es cerrado para las nueva ideas, y me dijo que lo haga siempre al lado de algún entrenador o de algún preparador físico.

También sé que Pep Guardiola lo aplica poniendo más énfasis en la relajación del jugador, y en la NBA, lo aplica Phill Jackson con los Chicago Bulls y con Los Ángeles Lakers.

¿Qué mensaje dejarías al ámbito del fútbol que considerás merezca ser transmitido?

Que hay que ver al deportista más como un ser humano que como un objeto al que le doy un entrenamiento mecanicista en el cual son todas repeticiones y me estoy olvidando del que lo estoy desgastando por una necesidad imperiosa de ganar, aunque después resulte contraproducente.

Ese desgaste produce lesiones en los jugadores y podemos verlas en chicos de inferiores que llegan a veces a primera con pubalgias o hernias de disco lumbares, cuando recién van a empezar la carrera. Un ejemplo en Rosario puede ser Becker de Central que tiene hernia de disco lumbar o el Pipita Higuaín que se tuvo que operar.

No se previenen debidamente estas dolencias. Y lo mismo pasa con las pubalgias que cuando están en primera local o recién llegados a primera división, ya las tienen.

Antes, la pubalgia las tenían los jugadores con la carrera casi hecha; eso se debe a la exigencia del entrenamiento mecanicista y repetitivo que se da sobre ciertos músculos que terminan debilitando aún zonas muy fuertes como el pubis.

El desgaste, entonces, genera toda una desarmonía en las cadenas musculares que terminan provocando lesiones que frenan la carrera de un futbolista y eso no se tiene en cuenta y nadie se hace cargo.

Cuando se le rompe un tendón a un jugador, cuando hay contractura de sóleo o de los músculos de la pantorrilla o sobre los isquios o sobre cuádriceps, lo que se hace es mandar al jugador a un kinesiólogo para reparar la lesión pero nunca se hace un trabajo anterior a eso para facilitar la prevención.

Insisto en el caso de Gago que se lesionó sin que nadie lo toque. Eso quiere decir que ahí falta un trabajo, y no digo esto respecto al preparador físico, sino que falta complementar ese trabajo con el abordaje, por ejemplo, de la tensión emocional que se da antes del partido y es un factor no contemplado de futura lesión.

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